Es muy fácil caer en la superficialidad a la hora de hacer una hagiografia del físico británico Stephen Hawking, un científico singular que teorizó sobre los misterios del universo con una mente privilegiada desde su postración en una silla de ruedas, lo que le supuso ser más conocido de lo que hubiera sido de no ser “diferente” por su discapacidad.
Nada de eso nos debe llevar a sensacionalismos porque sus herramientas de trabajo eran sus mayores capacidades, su mente, su coraje, y su gran curiosidad. Poseía una gran capacidad divulgativa y su ateísmo científico dejará un gran legado.
Sí debe ser un ejemplo de que las capacidades de cada persona van más allá de su apariencia física o de sus posibles discapacidades. Cuando le diagnosticaron una Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) le dieron dos años de esperanza de vida pero ha llegado a vivir 54 años más, para beneficio de la humanidad ha fallecido a los 76 años de edad.
Ya desde joven me gustó la
astronomía y por eso disfruté muchísimo cuando visité, por motivos de trabajo, las estancias de la Universidad de Cambridge donde Hawking ejercía su cátedra. Asimismo, fui uno de los muchos aficionados que disfrutaron con la lectura de su famoso libro Breve historia del tiempo, del Big Bang a los agujeros negros, uno de los libros de divulgación ciencia más vendido de la historia. Despues vendrian más.
Poco se puede añadir a lo mucho que se publicará estos dias, unicamente me permito aconsejar la visita a la página web que ha lanzado su universidad con motovo de su desaparición: Ver.
Valga para terminar un recuerdo de las muchas frases de Hawking que circulan por Internet: "La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio".
DEP